Hace unos días, saltaba la alarma en OpenBSD a raíz de un mensaje remitido por Gregory Perry, quien fuese director técnico de la compañía NETSEC, implicado en el desarrollo de ese sistema y antiguo asesor de la administración del gobierno de EE.UU. Ese mensaje fue enviado a Theo de Raadt, fundador de OpenBSD y en él se acusaba a Jason Wright y otros desarrolladores de establecer puertas traseras en este sistema. Tras la sorpresa inicial y las posteriores auditorías, según de Raadt, jamás se encontraron evidencias de su existencia.

En otro mensaje, Theo de Raadt afirma creer que NetSec fue efectivamente contratada por el FBI para escribir puertas traseras en el sistema OpenBSD pero que éstas jamás se pudieron introducir. Además, también cree que tanto Jason Wright como Angelos Keromytis, ambos trabajadores de NetSec y acusados por Perry, desconocían que la empresa en la que trabajaban había sido contratada por la mencionada agencia de seguridad estadounidense.

Theo de Raadt afirma que los desarrolladores han encontrado dos errores durante las actuales auditorías pero se cree que éstos han sido causados por descuidos.

Por otro lado, en h-online apuntan que los usuarios de sistemas OpenBSD pueden sentirse más tranquilos pero que todavía aparecen «algunas inconsistencias.» En este sentido, dudan de que, en el caso de que estas puertas traseras existieran realmente, pudieran ser detectadas en pocos días.

En cualquier caso, toda esta polémica ha vuelto a reavivar las corrientes de sospecha sobre la existencia de manipulación de sistemas, abiertos y/o cerrados, por parte de la administración del gobierno de EE.UU.

Fuente de información: Linux Zone.