Alguna vez has olido el miedo?

Creo que yo no lo he olido, pero estoy segura de que mi hijo sí. Cuando se encuentra realizando alguna peripecia nueva, mi temor pareciera que lo alerta de que está haciendo algo arriesgado.  En tanto que las veces que me encuentro relajada con lo que hace, se vé mas contento y audáz.

Según estudios recientes en Alemania, los seres humanos olemos el miedo y en nuestro cerebro se activa la reacción de compasión.

Siendo ésto una habilidad instintiva, creo que mientras más estamos en contacto con nuestro instinto, mucho más sensibles seremos, en tanto que, mientras más cerebrales sean nuestras respuestas, seremos más fríos ante ésta clase de acontecimientos.

Particularmente siento que ésta clase de situaciones se activan mucho más cuando tenemos hijos, porque al pasar más tiempo con ellos, nuestro cerebro responde a su olor, color, forma, risa, llanto y poco a poco aprendemos sus necesidades para poder irlas cubriendo. Y ellos, nuestros bebés, aprenden a oler, tocar, llorar y gemir para poder "decirnos" qué les sucede o necesitan.

Fuente: Milenio