Con etiquetas como «libre de hormonas», «libre de jaulas» y «libre de antibióticos», una nueva etiqueta podría comenzar a verse en un futuro en los supermercados: «libre de dolor». Adam Shriver, filósofo de la universidad de Washington en St Louis (Missouri, EE.UU.) ha publicado una polémica idea para lograr que los animales de granja dejen de sufrir mientras esperan el sacrificio para ser procesados para el consumo o bien cuando están estabulados con la finalidad de obtener productos de éstos (es decir, leche, huevos, etc.). Lo polémico de la proposición nada tiene que ver con mejorar el entorno de los animales o el trato hacia éstos, que sería lo lógico y lo que buscan la mayoría sociedades moderadas de protección hacia los animales, lo que propone Shriver es modificar genéticamente a los animales, eliminando su centro cerebral del dolor. Como es de esperarse, las críticas han comenzado a llover. Fuente: New Scientist vía Menéame.