Techdirt ha publicado un interesante artículo que explica a detalles como es posible que la última película de la franquicia de Harry Potter haya perdido 167 millones de dólares mientras que obtuvo casi mil millones de dólares en ingresos. Si alguna vez te preguntaste como es que funciona la tramposa contabilidad en Hollywood, este artículo (inglés) lo explica todo.

El artículo también pone en evidencia dos recientes decisiones de la corta que pueden crear polémica en torno a la habilidad de los estudios de Hollywood para continuar con este tipo de trucos, que finalmente funcionan para evadir impuestos y otras responsabilidades. Por ejemplo, los productores de la película «¿Quien quiere ser millonario?» (Who Wants To Be A Millionaire?) tendrán que pagar 270 millones de dólares como consecuencia de su intento de evitar pagarle a un socio a través de trucos similares.

En el caso de Harry Potter, básicamente Warner Bros se pagó a si mismo 212 millones de dólares, como cuota por la distribución, de modo que e su declaración tuviera pérdidas. Hay también cosas poco claras como los 130 millones de dólares por concepto de publicidad, donde nuevamente Warnes Bros se paga a si mismo (a través de sus subsidiarias). En resumen, 350 millones de dólares que se perdieron en la contabilidad.

Imagen en baja resolución, cortesía de Techdirt.

Fuente de información: Slashdot.