La reciente actualización de núcleo a la versión 2.6.30.5 en Fedora 11 ha traído agradables sorpresas a muchos, pero particularmente a los usuarios de ultra-portátiles, principalmente Acer Aspire One (particularmente los modelos A150, D150 y D250).

Gracias a las mejoras del controlador DRM de Intel, la aceleración gráfica ha mejorado sustancialmente, aunque aún faltan por resolver algunos detalles respecto del rendimiento con juegos como Supertux, el cual ahora es posible volver a jugar, con un pequeño detrimento que se nota en el audio. En comparación con el pésimo rendimiento que tenía anteriormente este juego y que lo hacía prácticamente imposible de jugar, ésta ha sido una de las mejoras más alabadas. Compiz-Fusion, por su parte, se comporta excelente y con mejor desempeño, mientras se evite abrir demasiadas aplicaciones.

Otras grandes sorpresas son la mejora en el tiempo de arranque, que ha bajado un par de segundos y que el foco indicador de la tarjeta Wifi por fin funciona utilizando el controlador ath5k. Quien utilice aún Madwifi, puede desinstalar con toda seguridad este controlador.

Al poner en suspensión el equipo, ya es innecesario despertarlo dos veces. La gestión de energía funciona correctamente y parece se han resuelto la mayoría de los problemas que presentaban implementaciones como GNOME Power Manager.

En general todo se comporta adecuadamente. Prácticamente hace innecesarios los ajustes que anteriormente se hacían con los controladores del núcleo para Acer Aspire One. Siguen siendo opcionales y recomendados los ajustes en la interfaz, tamaño de la pantalla y cojín del ratón.