Bienvenido(a) a Alcance Libre 05/09/2025, 19:47
por John Perry Barlow barlow en eff.org
Gobiernos del Mundo Industrial, cansados gigantes de carne y acero: vengo del Ciber-espacio, el nuevo hogar de la Mente. En nombre del futuro les pido que nos dejen en paz en el pasado. No son bienvenidos entre nosotros. No tienen soberanía alguna sobre el lugar donde nos reunimos.
No hemos elegido ningún gobierno, ni pretendemos tenerlo, así que me dirijo a ustedes sin más autoridad que aquélla con la que la libertad siempre habla. Declaro al espacio social global que estamos construyendo independiente por naturaleza de las tiranías que están buscando imponernos. No tienen derecho moral alguno a gobernarnos, ni tienen método alguno para someternos que debamos temer verdaderamente.
Los gobiernos obtienen su poder del consentimiento de los gobernados. No han pedido ni recibido el nuestro. No les hemos invitado. No nos conocen, ni conocen nuestro mundo. El Ciber-espacio no se encuentra dentro de sus fronteras. No piensen que pueden construirlo, como si fuera un proyecto público de construcción. No pueden. Es un acto natural que crece por medio de nuestras acciones colectivas.
No se han unido a nuestra gran conversación colectiva, ni crearon la riqueza de nuestros mercados. No conocen nuestra cultura, nuestra ética o los códigos no escritos que ya proporcionan a nuestra sociedad más orden que el que podría obtenerse por cualquiera de sus imposiciones.
Proclaman que hay problemas entre nosotros que necesitan resolver. Usan esto como una excusa para invadir nuestros límites. Muchos de estos problemas no existen. Donde haya verdaderos conflictos, donde haya errores, los identificaremos y resolveremos por nuestros propios medios. Estamos creando nuestro propio Contrato Social. Esta forma de gobierno se creará según las condiciones de nuestro mundo, no del su. Nuestro mundo es diferente.
El Ciber-espacio está formado por transacciones, relaciones y pensamiento en sí mismo, que se extiende como una onda estacionaria en la telaraña de nuestras comunicaciones. El nuestro es un mundo que está a la vez en todas partes y en ninguna, pero no está donde viven los cuerpos físicos.
Estamos creando un mundo en el que todos pueden entrar, sin privilegios o prejuicios debidos a la raza, el poder económico, la fuerza militar o el lugar de nacimiento.
Estamos creando un mundo donde cualquiera, en cualquier sitio, puede expresar sus creencias, sin importar lo singulares que sean, sin miedo a ser coaccionado mediante el silencio o el conformismo.
Sus conceptos legales sobre propiedad, expresión, identidad, movimiento y contexto no se aplican a nosotros. Se basan sobre la materia. Aquí no hay materia.
Nuestras identidades no tienen cuerpo, así que, a diferencia de ustedes, no podemos conseguir orden por coacción física. Creemos que nuestra autoridad emanará de la moral, de un progresista interés propio y del bien común. Nuestras identidades pueden distribuirse a través de muchas de sus jurisdicciones. La única ley que todas nuestras culturas reconocerían es la Regla Dorada. Esperamos ser capaces de construir nuestras soluciones particulares sobre esa base. Pero no podemos aceptar las soluciones que están tratando de imponer.
En EE.UU. hoy han creado una ley, el Acta de Reforma de las Telecomunicaciones, que repudia su propia Constitución e insulta los sueños de Jefferson, Washington, Mill, Madison, De Tocqueville y Brandeis. Estos sueños deben renacer ahora en nosotros.
Les atemorizan sus propios hijos, ya que ellos son nativos en un mundo donde ustedes siempre serán inmigrantes. Como les temen, encomienda a sus burocracias las responsabilidades paternas a las que son demasiado cobardes para enfrentarles por ustedes mismos. En nuestro mundo, todos los sentimientos y expresiones de humanidad, desde las más viles a las más angelicales, son parte de un todo único, la conversación global de bits. No podemos separar el aire que asfixia del aire sobre el que se baten las alas.
En China, Alemania, Francia, Rusia, Singapur, Italia y los Estados Unidos están intentando rechazar el virus de la libertad erigiendo puestos de guardia en las fronteras del Ciber-espacio. Éstos podrán impedir el contagio durante un corto tiempo, pero no funcionarán en un mundo que pronto estará cubierto por los medios de transmisión de bits.
Sus cada vez más obsoletas industrias de la información se perpetuarían a sí mismas proponiendo leyes, en EE.UU. y en cualquier parte, que aseguraran poseer la facultad de la expresión en sí misma por todo el mundo. Estas leyes declararían que las ideas son otro producto industrial, no más noble que el hierro oxidado. En nuestro mundo, sea lo que sea lo que la mente humana pueda crear, puede ser reproducido y distribuido por siempre sin ningún coste. El trasvase global de pensamiento ya no necesita de sus fábricas para ser realizado.
Estas medidas, cada vez más hostiles y colonialistas, nos colocan en la misma situación en la que estuvieron aquellos amantes de la libertad y la auto-determinación que tuvieron que luchar contra la autoridad de un poder lejano e ignorante. Debemos declarar nuestros «yos» virtuales inmunes a su soberanía, aunque continuemos consintiendo su poder sobre nuestros cuerpos. Nos extenderemos a través del planeta para que nadie pueda encarcelar nuestros pensamientos.
Vamos a crear una civilización de la Mente en el Ciber-espacio. Que sea más humana y hermosa que el mundo que sus gobiernos han creado hasta ahora.
John Perry Barlow
Davos, Suiza
8 de febrero de 1996
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