La historia comienza cuando en Julio de 2005, tras darse a conocer las escenas de sexo ocultas en el juego, Entertainment Software Rating Board, el organismo encargado de vigilar a la industria de los juegos, re-clasificó el juego de «Audiencia madura» hacia «Solo adultos». Estas escenas no se mostraban de modo predefinido, pero podían verse utilizando una herramienta para desactivar la censura.

En Septiembre Take-Two Interactive retiró el juego y lo volvió a comercializar sin el material para adultos, no sin antes de que la Comisión Federal de Comercio de EE.UU. investigara el caso de una abuela de 81 años, residente de Nueva York, quien demandó a los creadores Rockstar Games y el distribuidor Take-Two Interactive después de comprar para su nieto de 14 años la versión del juego con las escenas de sexo. Irónicamente la violencia, asesinatos, robo, tráfico de drogas, lenguaje soez y malos hábitos de conducción de vehículos mostrados en el juego no tuvieron importancia alguna para la anciana.

Rockstar Games y Take-Two Interactive retiraron del mercado todas las copias restantes de la versión con escenas de sexo, pero no antes de vender aproximadamente unas 12 mil copias, lo cual se estima representó unos 600 mil dólares.

El fiscal de la ciudad de Los Ángeles inició la demanda en contra de Rockstar Games y Take-Two Interactive alegando que ambas compañías mintieron al comercializar el juego y cometieron prácticas anti-competitivas, ambas violaciones de las secciones 17200 y 17500 del código del estado para Negocios y Profesiones. De ser encontrados culpables, ambas compañías enfrentarán cada una multas de 5 mil dólares.

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